Se la
define como la inflamación de las paredes de los vasos. Se puede afectar los
vasos de cualquier tipo en prácticamente cualquier órgano. Las manifestaciones
clínicas incluyen con frecuencia signos y síntomas constitucionales como
fiebre, mialgias, artralgias y malestar general, o manifestaciones locales de
isquemia tisular distal.
Los dos
mecanismos mas comunes de vasculitis son la invasión directa de las paredes
vasculares por patógenos infecciosos y mecanismos de naturaleza inmune.
PATOGENIA
DE LA VASCULITIS NO INFECCIOSA.
Los
principales mecanismos inmunológicos que inician la vasculitis no infecciosa
son:
a) deposito
de complejos inmunes.
b)
anticuerpos contra el citoplasma de los neutrófilos (ANCA): Forman un grupo
heterogéneo de autoanticuerpos dirigidos contra enzimas, hallados
principalmente dentro de los gránulos azurófilos o primarios en los localización,
en los lisosomas de los monocitos y células endoteliales. Los dos patrones
principales son: la proteinasa 3 (PR3) y la mieloperoxidasa (MPO). Estos
antígenos son expresados en las
superficies celulares a partir de citocinas proinflamatorias producidas por el
agente causal, estimulando de esta manera la formación de ANCA. Los mismos
reaccionan con neutrófilos cebados de citocinas circulantes, y hacen que se
desgranulen. Los PMN activados por los ANCA causan toxicidad de las células
endoteliales y otras lesiones tisulares directas. Los trastornos caracterizados
por ANCA circulantes se conocen como vasculitis asociadas a ANCA.
Los ANCA
son marcadores diagnósticos cuantitativos y sus niveles pueden reflejar el
grado de actividad inflamatoria. Aumentan durante periodos de recidiva, y por
tanto son útiles para decidir el tratamiento.
c)
anticuerpos contra las células endoteliales.
CLASIFICACIÓN.
Las
vasculitis sistémicas se clasifican sobre la base del tamaño y la localización
anatómica de los vasos sanguíneos afectados, las características histológicas
de la lesión y las manifestaciones clínicas.
POLIARTERITIS
NUDOSA (PAN).
La PAN es
una basculitas sistémica de arterias musculares de pequeño o mediano calibre
(pero no de arteriolas, capilares ni vénulas), que en los casos típicos afecta
a los vasos renales y viscerales, mientras que respeta la circulación pulmonar.
Las manifestaciones clínicas se deben a isquemia e infarto de los tejidos y órganos
afectados.
MORFOLOGIA.
La PAN clásica
aparece como una inflamación necrotizante transmural segmentaria de arterias
de calibre mediano y pequeño, en cualquier órgano, con la posible excepción
de los pulmones, y mas frecuente en los riñones, el corazón, el hígado y el
tracto gastrointestinal. Las lesiones individuales pueden afectar a solo una
porción de la circunferencia de los vasos, y exhiben predilección por los
puntos de ramificación y las bifurcaciones. La erosión segmentaria con
debilidad de la pared arterial debida al proceso inflamatorio, puede causar
dilatación aneurismática o rotura localizada.
El cuadro
histológico se caracteriza durante la fase aguda por inflamación transmural
de la pared arterial con neutrófilos, eosinófilos y células mononucleares,
frecuentemente acompañados de necrosis fibrinoide. Mas tarde, el
infiltrado inflamatorio agudo desaparece y es sustituido por un engrosamiento
fibroso de la pared vascular, que se puede extender a la adventicia. La
característica particular de la PAN es la posibilidad de que coexistan todas
las fases de actividad en diferentes vasos, e incluso dentro de un mismo vaso.
Microscopia
de luz de una pequeña arteria muscular renal.
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CURSO CLÍNICO.
Aunque es una enfermedad de los adultos jóvenes, puede
afectar también a niños e individuos mayores. El curso puede ser agudo,
subagudo o crónico, y con frecuencia tiene carácter remitente y episódico, con
largos intervalos libres de síntomas. Entre las manifestaciones mas comunes, se
encuentran: malestar general, fiebre de causa desconocida y perdida de pedo,
hipertensión, dolor abdominal y melena (heces con sangre), dolores y molestias
musculares difusas, y neuritis periférica, predominantemente motora. En
ausencia de tratamiento, la enfermedad es fatal en la mayoría de los casos,
durante una crisis fulminante aguda o con un curso prolongado, pero el
tratamiento a base de corticosteroides y ciclofosfamida proporciona remisión o
curación en el 90% de los casos.
ENFERMEDAD
DE KAWASAKI (SINDROME MUCOCUTANEO ADENOPATICO).
La enfermedad
de Kawasaki es una arteritis que afecta con frecuencia las arterias
coronarias, de modo habitual en niños pequeños y lactantes (el 80% de los
pacientes tienen menos de 4 años), y representa la principal causa de cardiopatía
adquirida en los niños de Norteamérica y Japón. Se asocia con el llamado Síndrome
mucocutáneo adenopático, una enfermedad aguda pero usualmente autolimitada
que se presenta con fiebre, eritema y erosiones conjuntivales y orales, edema
de manos y pies y eritema de las palmas de las manos y las plantas de los pies,
un exantema cutáneo, muchas veces con descamación, y agrandamiento de los
ganglios linfáticos cervicales. Alrededor del 20% de los pacientes desarrollan
secuelas cardiovasculares, con gravedad variable entre vasculitis asintomáticos
de las arterias coronarias, ectasia arterial coronaria o formación de
aneurismas, y aneurismas gigantes (7 a 8 mm) de las arterias coronarias con
rotura o trombosis, infarto de miocardio o muerte súbita. Alrededor del 1% de
los pacientes fallecen durante la fase aguda. El uso de aspirina y
gammaglobulina intravenosa ha tenido un efecto significativo para disminuir la
frecuencia de aneurismas arteriales coronarios y muerte por la enfermedad.
MORFOLOGÍA.
La
vasculitis es similar a la PAN, con necrosis e inflamación pronunciadas que
afectan al grosor completo de la pared vascular, pero la necrosis fibrinoide
suele ser menos prominente en la enfermedad de Kawasaki. Aunque la vasculitis
aguda cede de forma espontánea o en respuesta al tratamiento, se puede
complicar con formación de aneurismas,
trombosis y/o infarto de miocardio. Como en otras formas de arteritis, las
lesiones cicatrizadas pueden causar engrosamiento obstructivo de la intima.
La causal del proceso es incierta pero existen
indicios de que la vasculitis se debe a una reacción inmune caracterizada por
activación de las células T y los macrófagos contra un antígeno desconocido,
seguida por secreción de citocinas, hiperactividad policlonal de células B y
formación de autoanticuerpos contra las células endoteliales y las células del
músculo liso, lo que conduce a vasculitis aguda.