jueves, 22 de mayo de 2014

Lepra o Enfermedad de Hansen.

¿Qué es?

La lepra es una infección crónica, causada por el Mycobacterium Leprae, que afecta principalmente la piel y los nervios periféricos. Las formas clínicas más graves pueden comprometer también las mucosas de las vías aéreas superiores y otros órganos como los ganglios, el hígado, el bazo, etc. En los casos más graves, si no se realiza un diagnóstico precoz y un tratamiento regular y completo, puede generar discapacidades físicas, permanentes y progresivas, así como también dificultad en las relaciones sociales, laborales y familiares, a causa del temor y el rechazo que la lepra históricamente ha provocado. Con el tratamiento oportuno la lepra tiene cura.



Hay dos formas de presentación:

Lepra Tuberculoide: Existe respuesta inmune celular. Se forman granulomas en piel, con destrucción nerviosa. Se forman máculas anestésicas, pálidas en el centro e hiperpigmentadas en los bordes. No acorta la vida del paciente. No contagia, porque el granuloma aísla al bacilo. Por afectación nerviosa puede haber pérdida del trofismo de la piel, y se producen autoamputaciones.

Lepra Lepromatosa: No existe respuesta celular. Hay diseminación interna del bacilo. Se produce la facie “leonina”, porque se forman nódulos anestésicos que alteran la anatomía. La alteración nerviosa es por la infección de las células de Schwann. Lleva a la muerte por infecciones o amiloidosis secundaria. En las lesiones no hay granulomas, si escasos macrófagos, que contienen abundantes bacilos (son las células de la lepra o de Virchow; multibacilar) y linfocitos TH2 que secretan IL-10, IL-4 e IL-5 que activan la inmunidad humoral. También se afectan testículos y laringe.

¿Cómo se transmite?

El contagio es de persona a persona por contacto directo y prolongado, entre 3 y 5 años. Se produce entre un enfermo no tratado con posibilidad de transmitir (no todos los que padecen lepra contagian) y una persona susceptible, es decir con una predisposición especial para enfermar. Según la estadística el 80% de la población posee defensas naturales contra la lepra y sólo la mitad de los enfermos no tratados son contagiantes. Las vías de transmisión incluyen principalmente, las secreciones respiratorias de una persona enferma y no tratada, y en menor medida en heridas de la piel y secreciones nasales.

¿Cuáles son los síntomas?


Los síntomas de la lepra pueden tardar hasta 20 años en aparecer e incluyen:
- Lesiones cutáneas (máculas) que son más claras que el color normal de la piel. Pueden presentarse nódulos (lesiones tubérculo - nodulares llamadas lepromas) y engrosamiento de la piel (placas, infiltración).
- Lesiones que presentan disminución de la sensibilidad al tacto, al calor o al dolor.
- Lesiones que no sanan después de algunas semanas o meses.
- Debilidad muscular.
- Alteraciones de la sensibilidad en manos, brazos, pies y piernas que va desde una leve hipoestesia (adormecimiento) a una anestesia total.


¿Cómo puede prevenirse?

La mejor manera de evitar el contagio de la lepra es el diagnóstico y tratamiento temprano de las personas infectadas. En el caso de las personas que estuvieron en contacto directo con personas infectadas sin tratamiento, es importante realizar controles periódicos.

¿Cómo se trata?

El tratamiento es ambulatorio, es decir que no precisa ningún tipo de internación, e incluye el uso de antibióticos, anti inflamatorios y el tratamiento de las secuelas. La medicación es entregada en forma gratuita por el Programa Nacional de Lucha contra la Lepra (Ministerio de Salud de la Nación). El paciente tratado, puede seguir haciendo su vida normal.



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